domingo, 26 de abril de 2015

Para entender el presente, debemos echarnos un clavado al pasado... (Contenido del Thriller Comandante Manuel Ceseña)






   Cansado de tanta algarabía mediática de "combate frontal al narcomenudeo", cambió de táctica, ya no detuvo a los “generales” pero sí envió un parte informativo, en forma económica, al presidente municipal del XII Ayuntamiento de La Paz, Víctor Manuel Castro Cosio, de fecha 25 de marzo de 2007 donde se lee que: “ Por medio del presente y con el debido respeto nos dirigimos a usted, con la finalidad de que sea nuestra voz ante el Gobernador Narciso Agúndez Montaño, ante el Delegado de la PGR, Humberto Uribe Godínez y ante el procurador del estado Fernando González Rubio Cerecer, a fin de que se proceda, primeramente a la investigación de campo y gabinete y posteriormente a la detención de tres personas que son señaladas como los líderes del narcomenudeo que operan a través de “empleados” y, que curiosamente los encapuchados de Adán Ruffo y de Lenín Rodríguez no los molestan en sus “tienditas”

   El primero de ellos es el Güero Layo quien opera a través de ventas por pedido celular y entregada en los domicilios del consumidor a bordo de vehículos Toyotas de modelo reciente, con los vidrios totalmente polarizados. Uno de sus centros de operación está en una casona de las calles Antonio Álvarez Rico entre Jalisco y Colima cuyo portón eléctrico, color blanco, tiene por señas unas marcas tipo graffiti que lo distinguen como “arreglado” con las policías. En el mismo domicilio se encuentran varios vehículos que son utilizados para entregar la mercancía.

   Entre las tienditas con más clientela es la que se encuentra en las calles Navegante y Puerto Cortés de la colonia Las Américas, la cual es operada por Martín Eduardo Pérez Ramírez y cuyo domicilio particular se encuentra en una casona de las calles Nevado de Colima del Fraccionamiento Santa Fe.

   Otra de las tienditas se ubica en las calles Rosales entre López Mateos y Ocampo, operada por César Eduardo Ramírez Ochoa, quien tiene su domicilio para disfrazar su verdadera actividad, el que se encuentra en las calles Durango y 16 de septiembre.

   Estos dos líderes fueron detenidos por esta corporación, el primero el 19 de marzo y el segundo el 13 de enero del año en curso, pero fueron dejados en libertad por estar arreglados con el subdirector Joel Martínez, guardaespaldas de Leonel Cota Montaño y, desde luego, arreglados con el comandante de la PGR.

   Los trabajadores más sobresalientes de estos “generales” son Mauri López Alvarado, con domicilio en Salvatierra y México; Miguel Uriel Cota Reza con domicilio en Isabel la Católica e Hidalgo; Blas Aispuro Uribe con domicilio en Pitahaya y Sandía, y Fidel Noe Acosta Almeida con domicilio en Nayarit y Abasolo.

   Otro líder es Adán Villa, ampliamente conocido por la protección que le brindan los subjefes de las diferentes corporaciones, y es quien comanda el grupo de   narcovendedores conocido como los Adanes de la  Ocho (de quien se sospecha es asociado al hijo de Leonel Cota) mismos que operan en un domicilio de la colonia 8 de Octubre, en las calles Sierra La Giganta y otra más en calle San Javier y Callejón Calamague de la segunda sección. 

   Los trabajadores más sobresalientes de los Adanes son: José Eleazar Villa, hermano del líder, José Garibay, Julio César López Carrizales, Pablo Hernández López. Todos éstos le venden droga a los estudiantes de la zona.

   El tercer líder es Uriel Quiroz quien opera la narcotiendita que está ubicada a unos pasos del Cobach y otra más en una yarda de ventas de vehículos en Forjadores y Bordo de Contención.

   Remata el escrito repitiendo: Solicitamos la intervención por conducto de usted para la investigación de éstas personas que sabemos son ampliamente conocidas por parte de quien investiga y combate el flagelo de nuestra sociedad (PGR) Este arreglo entre los mañosos, los AFI y los de la SIEDO, apoyado por el subdirector de Seguridad y Tránsito Municipal, trae aparejado la comisión de otros delitos como son el robo en todas sus modalidades. Solicitamos que en verdad el combate contra las drogas sea una lucha sin compromisos, con la única finalidad de llevar tranquilidad a las familias sudcalifornianas que ven cómo se envilecen los jóvenes por el abuso en el consumo de drogas sumamente dañinas como el cristal, que no es otra cosa que veneno para ratas, ácido para batería, escoria de cocaína y las peores combinaciones con anfetaminas caducas.

   Con qué impotencia vemos que los narcolíderes se enriquecen por la exagerada venta ante nuestra ineficacia e ineficiencia por no contar con el apoyo de nuestro director que se hace de la vista gorda ante los desmanes de su  subalterno y grupo de cómplices a costa del dolor de los diferentes padres de familia que sufren en carne propia este terrible mal”.

   Ese fue el parte informativo que en forma económica le hizo llegar Manuel Ceseña Cota al presidente municipal que, lejos de prestarle atención, de inmediato le puso el dedo con los acusados y, además, informó y dio copia de este escrito a su compinche Leonel Cota Montaño para que se cuidara de cualquier imputación alterna.

   O sea, Manuel firmó su sentencia de muerte al confiar en “el Puchas”
 


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